Cascada del Danubio, un lugar mágico

cascada del Danubio


Hoy te voy a hablar de una vieja historia, la voy a revivir porque nos cuentan las malas lenguas que suelen ser las mejores, que por los territorios que pisamos hace algunos años cuando aún no éramos pajareros cerca a La cascada del Danubio se encuentra una gran concentración de avifauna, aunque aún no hemos concretado una cita con las aves de ese lugar, deseamos volver pronto a descubrir sus maravillas.

Convocados por los moteros

La cascada de la Sirena.
Foro cortesía: Jhon Eimar, presidente del Club Corvus Bikers

Ya todos sabemos que los chismes vuelan… Y así fue como nos enteramos de la rodada que se estaba organizando entre moteros independientes y algunos clubes, nos embelesaron el oído en un grupito de whatsapp, contándonos sobre este lugar que prometía aguas cristalinas y paisajes inolvidables.

Decidimos asistir, aunque aún no estábamos acostumbrados a rodar en grupo y no conocíamos a nadie, llegamos muy puntuales a las 6 y media de la mañana al punto de encuentro.

Aunque la rodada comenzó un poco más tarde de lo previsto, la asistencia fue grandísima, por primera vez veíamos tantas motocicletas juntas en un sólo lugar, aproximadamente a las 8 de la mañana iniciamos un recorrido hacia el lugar a una velocidad media, disfrutando del paisaje y de la compañía.

La Ruta

Foto cortesía Sara Sofía de Corvus bikers.
¿Por donde?

135 Km de carretera nos separaban de nuestro destino, la ruta que tomamos fue esta, pero en resumidas cuentas fueron casi cuatro horas de carretera así:

  • Iniciamos desde el corazón del Valle por la ruta 25 hacia el sur, desviando hacia el occidente en Buga.
  • Atravesamos Mediacanoa, buscando las montañas al suroccidente del Valle del Cauca que conducen a Loboguerrero.
  • Paisajes maravillosos con carreteras en estado regular, nos llevaron a Borrero Ayerbe y por fin a El Queremal.
  • Desde el Queremal empezamos el descenso por la antigua vía Buenaventura por aproximadamente una hora y media.

El último tramo de vía es completamente destapado (ya se imaginan el dolor de nalgas) pero rodeada de una exuberante vegetación y muchísimos cuerpos de agua que no nos permitieron arrepentirnos de nada.

¡Llegamos al río!

Al fin escuchamos el murmullo de la vertiente del río Anchicayá, y no dejó de sorprendernos con una carretera atravesada por muchas caídas de agua, atravesamos el puente que conduce a algo así como un pequeño corregimiento y parqueamos las motos, nos alistamos para la caminata de media hora hasta la cascada y nos dispusimos a disfrutar de sus heladas aguas.

Recomendaciones

  • Ropa cómoda para caminar.
  • Pinta de río para nadar y zapatos de cambio.
  • Gorrito para el sol.
  • Repelente para insectos.
  • Comida (hay un restaurante y tienda pero ese día estaba muy lleno y no encontramos mucho para comer)
  • No es recomendable llevar sus mascotas a este espacio.
  • La dificultad de la caminata es media debido a la inestabilidad del terreno.

La caminata

Los senderos que conducen hacia la cascada se encuentran cuidados por una operadora turística de la región; el costo de entrada es de 5000 COP (1.5 USD) no se dispone de guía pero el camino se encuentra perfectamente demarcado, con zonas de terrenos escarpados donde hay cuerdas para sujetarse y un par de tramos donde hay que atravesar el río que dependiendo la época del año, puede ser medianamente caudaloso y cubrir hasta la cintura mientras se camina.

La cascada

Luego de la caminata, en medio de un cañón nos sorprendió una imponente cascada de unos 15 metros con un sonido muy relajante, una llovizna fina producto de los musgos y líquenes de las altas paredes nos rociaba la piel en el calor húmedo de la selva y nos invitaba a sumergirnos en las aguas del lugar; que está pensado para ser un trocito de parque de diversiones acuático, ya que cuenta con unas cuerdas para atravesar el pozo en dirección a la cascada, una pequeña escalera para saltar a la parte profunda y además operadoras turísticas que ofrecen deportes de aventura.

El regreso

Luego de disfrutar de esta maravilla natural por un par de horas, nos dispusimos a caminar el sendero de vuelta, comer algo, ponernos la pinta motera y regresar en nuestras motos sanos y salvos a casa, con recuerdos maravillosos y más amigos moteros.

Tan pronto como podamos volveremos con intenciones pajareras a este rinconcito lleno de magia. Recuerden acompañarnos en El Canal de Youtube y si aman las avecillas como nosotros, en el Instagram de Altrazar.

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Lugares turísticos

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