Desde finales de abril hasta principios de mayo, tuve la oportunidad maravillosa de asistir a la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), esta vez acompañando al equipo de Ensifera Nature y Editores, conocidos por crear las guías de campo más completas, prácticas y querendonas sobre aves en Colombia. Fueron cuatro días llenos de aprendizaje, encuentros, sorpresas y sobre todo, una conexión profunda con la biodiversidad colombiana y las personas que trabajan cada día por su conservación.

Todo comenzó aquel primer sábado, día en que hice mi primer reconocimiento del stand. Me acerqué para conectar con el equipo encargado de atender el espacio y contar a mi audiencia como llegar al lugar, desde el primer instante el equipo de mujeres poderosas lideradas por Jhon Jairo me recibieron con una sonrisa y una energía preciosa. También aproveché para tomar algunas fotografías del lugar, del staff y de los productos especiales que estaban disponibles para el público: guías de aves, binoculares, joyas, camisetas, parches, percha2 y los famosos pajaritos para las uñas.
Ese mismo día recorrí varias zonas de Corferias para mostrarle al público en redes la ubicación exacta del stand desde varios putos de referencia y hacerles más fácil el camino para llegar a conocer el trabajo de Ensifera. Una anécdota de esa jornada fue que llegué un poquito tarde y fue un día largo y extenuante; y es que desde las 4:30 a.m. había estado en el páramo de Chingaza junto a más de 400 personas sembrando especies nativas con Bauen Project. Terminé agotada, sí, pero fue absolutamente gratificante. Nada como empezar con las botas llenas de barro y el corazón lleno de esperanza; en menos de una semana les cuento toda la experiencia en el canal de YouTube.

El segundo día fue toda una experiencia colorida y educativa. Me aseguré de llevar un outfit bien biodiverso, inspirado en las mariposas, para rendir homenaje a los polinizadores y llamar la atención de quienes pasaban por el stand. Además de compartir la alegría con el público que nos visitaba, decidí hacer una pequeña dinámica: entregar pequeños premios a quienes pudieran decirme qué es una especie endémica. Para mi sorpresa (y un poco de tristeza), la mayoría de las personas no sabía la respuesta. Pero eso no fue obstáculo, ¡todo lo contrario! Aprovechamos para educar, conversar y sembrar curiosidad sobre la biodiversidad única de nuestro país. Este ejercicio me confirmó la importancia de seguir hablando de estos temas y de acercar el conocimiento científico al público general de forma alegre, sencilla y cercana, aquí un Reel sobre la dinámica pa’ que se ría conmigo un poquito.
El tercer día de feria llegó con otro toque especial. Esta vez opté por un outfit de maestra Pokémon para atraer a los más jóvenes (y a los no tan jóvenes) con una pinta divertida y colorida combinada con mi uniforme de mamíferos de Colombia. Ese día también fue muy especial porque recibimos la visita de Rodrigo Gaviria, autor de «Las aves más hermosas de Colombia», otro de los lanzamientos destacados de la editorial.

Fue una jornada intensa, muchos contactos biodiversos con ganas de tener su guía de mamíferos, aproveché para dar una vuelta y hacer entregas a domicilio; una hasta el stand de mis grandes amigos de Bioilustrarte, y al volver guié desde la puerta a un amigo que viajó desde el Quindío solo para llevarse su copia y traerme florecitas. ¡Eso sí que es amor por la biodiversidad y cariño del bonito! Ya por la noche, en compañía de mi querido amigo Paul de En Ocho Patas, hicimos un recorrido por algunos stands conversando con más personas sobre la importancia de esta guía y haciendo alianzas estratégicas para la distribución y divulgación de la vbiodiversidad en la feria. Finalicé el día compartiendo con artistas valiosos como Balaena Azul, y comprando un regalito sobre botánica del altiplano en Bestiario ilustrado un cierre perfecto entre charlas significativas, arte y gratitud.

Por motivos de viaje, solo pude asistir un día más a la feria, pero ese día fue verdaderamente inolvidable. Coincidió con el conversatorio nocturno sobre el lanzamiento oficial de la primera guía de mamíferos de Colombia —un evento histórico que merecería luces, aplausos y páginas completas. Esta joya editorial, escrita por Natalia Moreno Niño y Camilo Fernández de @galictis_biodiversidad y Katerin Pérez Gómez; ilustrada con un talento inmenso por @julrfinn y @bekilustra, y editada con todo el cariño por John Jairo Reyes, fue sin duda la gran protagonista.

Esta guía además de ser un libro académico y una obra de arte de ilustración es una herramienta de conservación y educación, un puente entre la ciencia y las comunidades rurales del país. Durante ese conversatorio íntimo y profundamente emotivo, los autores e ilustradores compartieron el proceso detrás de la obra, firmaron ejemplares y conversaron con los asistentes en un ambiente cargado de propósito y sentido colectivo. Ver a tantas personas llevarse la guía a casa con ilusión en los ojos me recordó por qué hago lo que hago.

Durante todos estos días estuvimos acompañadas por un equipo increíble en el stand, lleno de pasión, conocimiento y disposición. Frente o detrás de las vitrinas, cada persona aportó su granito de arena para que más gente se acercara a los libros, a las aves, a los mamíferos, y sobre todo, al deseo de proteger lo que tenemos.
Y algo que me hace muy feliz contarle a sumercé es que, después de la feria, Ensífera tiene un espacio permanente en Bogotá con todos estos productos maravillosos. En el centro comercial Hacienda Santa Bárbara, en el local 137A, al norte de la ciudad, encontrarán un rincón biodiverso con los productos de más de 30 emprendimientos inspirados en la naturaleza, incluyendo las obras de Ensifera Editores, mis pajaritos para las uñas, los parches termoadhesivos y muchas otras cositas. No se pierda la oportunidad de apoyar un emprendimiento que le apuesta a la conservación con mucho amor por lo nuestro.

Me despido de esta edición de la FILBo con el corazón lleno, con historias aún por contar y con la certeza de que este tipo de espacios siguen siendo esenciales para hacer de la conservación un camino colectivo, alegre y lleno de color. La FILBo 2025 cerró con éxito tras 17 días de celebración y una vibrante agenda que consolidó a Bogotá como capital literaria latinoamericana. “País de Libros” reunió a 120 editoriales independientes que demostraron la fuerza creativa y diversa de nuestras letras. La feria también celebró la unión entre literatura y gastronomía en “Colombia a la mesa”, donde alcancé a asistir un ratito a una conferencia encantadora en la que una persona explicaba cómo creó cócteles con bebidas locales inspiradas en las aves de La Guajira.

Gracias por haber llegado hasta el final del artículo. Si también quiere convertirse en un maestro Pokémon —sí, uno que conoce, cuida y protege a las criaturas más fascinantes de nuestro territorio—, puede dar click en este enlace para aprender todo sobre las aves y la mejor manera de convertirse en un maestro Pokémon.
¡Nos vemos en la próxima aventura, sumercé!
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